miércoles, 23 de mayo de 2012

La cueva de La Garma (Cantabria), Patrimonio de la Humanidad


Caballo magdaleniense


Una de las cuevas con representaciones gráficas rupestres de Cantabria más espectaculares y a la vez menos conocida por el gran público es la Cueva de La Garma, que junto a otras ocho cuevas cántabras en julio de 2008 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Dos factores son determinantes en dicha circunstancia, la constatación de la existencia de las representaciones parietales es relativamente reciente, fueron descubiertas en 1995 en el transcurso de los trabajos de investigación arqueológica de oquedades próximas y por otro lado el hecho de que es una de las cuevas cántabras cuyos tesoros paleolíticos no son visitables por el público ya que el acceso en la actualidad es bastante dificultoso, es preciso entrar a través de otra cueva, La Garma A, requiriendo equipos de espeolología para salvar varias simas. El conjunto ha sido declarado zona arqueológica y BIC, por lo que goza de una importante protección actualmente. 

Localización

La estación rupestre es un yacimiento costero que se localiza en un pequeño montículo a orillas del mar Cantábrico en el municipio de Ribamontán al Mar. La cueva forma parte de un conjunto kárstico de múltiples galerías, en ocasiones interconectadas entre ellas, con tres niveles diferenciados. Las representaciones rupestres se hallan en la Galería inferior.

Ciervo rojo


¿Qué esconde este pequeño gran montículo?

Este monte no sólo guarda en sus entrañas las representaciones rupestres, La Garma es un extraordinario mosaico arqueológico de varios yacimientos que son testigos de numerosas fases de ocupación antrópica. La ocupación (repartida en diversas cuevas) mínima del lugar comenzó hace al menos 80.000 años, durante el Paleolítico medio con la presencia neandertal, luego dejaron huella de su presencia los hombres anatómicamente modernos, con un magnífico yacimiento paleolítico (especialmente la ocupación magdaleniense, 16.500 BP), también hay niveles arqueológicos del Mesolítico, el Neolítico, el Calcolítico, y ocupaciones de época de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro con un castro cántabro en la cima, así como un sepulcro en cueva de época visigoda (altomedieval). Además, debido a la espectacularidad de la ocupación magadaleniense hay que señalar que se conserva in situ el suelo paleolítico, con los restos visibles a nivel superficial gracias a que un derrumbe selló la entrada hasta el momento de su descubrimiento a finales del s. XX. En el registro arqueológico se cuentan por miles los objetos de industria lítica, adornos y una extraordinaria colección de representaciones mobiliares. La mayoría de estos objetos pertenecientes a la Galeria Inferior han sido estudiados sin excavar, usando técnicas de fotometría, conservando de este modo el yacimiento casi intacto.

Las representaciones parietales

La Garma es un extraordinario conjunto de más de 500 grabados y pinturas en el que se documenta la temática habitual paleolítica: fauna con grandes animales, manos en negativo, máscaras (con paralelos en Cantabria fundamentalmente, El Castillo y Altamira) y signos abstractos. Las representaciones de animales superan el centenar: caballos, bisontes, ciervas, cabras, un carnivoro, un uro, un megacero y algunos otros animales de difícil determinación.

Los estudios de las representaciones parietales hablaban de tres momentos creativos, durante el auriñaciense, el solutrense y el magdaleniense en función de los métodos comparativos. Atribuían al gravetiense las manos en negativo y los signos no figurativos, las pinturas rojas al solutrense y las pinturas negras y grabados al magdaleniense. Sin embargo, las dataciones obtenidas por series de uranio nos retraen a hace 30.000-25.000 años (auriñaciense-gravetiense), en concreto se dató con este método un panel formado por figuraciones rojas, un uro y dos cabras, a partir de una concreción estalagmítica que se había formado encima del contorno de una de las figuras. Esto viene a apuntar en la misma línea que los datos obtenidos en otras cuevas como Chauvet (Francia) de que la clasificación por criterios estilísticos está más que obsoleta.

Panel de uro y cabras

Los hombres del Paleolítico usaron una gran variedad de técnicas en la cueva de La Garma, desde macarroni (grabados sobre la arcilla de las paredes que se obtienen deslizando los dedos) a grabados con buril, raspados, pintura soplada, líneas punteadas, trazo lineal, tamponado, tintas planas, rojas , negras y amarillas, llegando en algún caso a la bicromía.

Las representaciones se esparcen a lo largo de la Galería Inferior por las diferentes partes que componen la cueva, aprovechando incluso los divertículos existentes, concentrándose en las zonas cercanas a la entrada paleolítica actualmente sellada por un derrumbe.

Grabado cierva


Zonas de habitación y ocupación

Que el depósito arqueológico fuese sellado durante la ocupación magdaleniense ha permitido un estudio global de los contextos de ocupación, documentándose incluso la existencia de cabañas interiores, alguna de las cuales ocupaba zonas interiores de la cueva sin iluminación. Una de esas cabañas, interpretada a partir de los restos de piedras alineados de forma circular, estaría hecha con pieles o bien fibras vegetales con madera. Es de reseñar la importante decoración existente en esta zona, desvirtuando así la concepción de las estaciones rupestres como “santuarios”. Otra de las zonas, en este caso más al interior, ha sido propuesta por el equipo de investigación como un taller de objetos de “arte” mobiliar y objetos de adorno debido a la gran acumulación de ellos documentada a partir del análisis contextual. También está decorada.



Contorno recortado en forma de cabra

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